La
poesía española del siglo XX. (Parte I)
En las siguientes líneas de este ensayo
pretendo resaltar y exponer el importante papel del feminismo incluyendo la
manera en que tres extraordinarias autoras hispanas revelaron este movimiento a
través de sus obras, las mismas en las que ellas exteriorizaron o denunciaron
las incidencias y singularidades de sus vidas. Cabe destacar, que dichas inspiraciones
aquí estudiadas forman parte de la literatura feminista del siglo XX. Estas
poetisas sintieron la necesidad de defenderse y expresarse como una forma de
criticar los problemas de una sociedad enormemente machista que no tomaba en
cuenta el papel social de la mujer. El
feminismo tuvo una acción conciliadora en la configuración del rol de las
mujeres, pues abogó por incorporarlas, darles presencia en la vida común y
buscó hacerlas conscientes de su condición de seres humanos independientes, con
derechos y obligaciones similares a los de los hombres.
Considero que el feminismo es más que un
concepto para instaurar los derechos de las mujeres, es un término que vuelve
obsoletos los sistemas anticuados de humillaciones e injusticias sociales en su
contra y que al mismo tiempo las reivindica en calidad de seres pensantes y
capaces, que deben gozar de plena igualdad y no por querer ser mejor que los
hombres sino para que ellos le den el valor que como personas merecen y que por
mucho tiempo les negaron.
Para este estudio es necesario distinguir
la creatividad de estas sorprendentes mujeres escritoras cuyas obras son fieles
representaciones de la inspiración femenina y de su autonomía artística. Así
por ejemplo tenemos que Julia de Burgos en su poema: “A Julia de Burgos”, nos
deja entrever claramente su sentido feminista por la manera incitante de
componer sus versos. En este poema ella expone la batalla que existe en sí
misma. Julia exterior alude ser su propia enemiga, ya que el mundo a su
alrededor era dueño de ella. Es decir, la autora se muestra en la obra tal como
si fuera otra persona reprochando su vida y las prohibiciones que impone la
sociedad en que vive. “Ya las gentes murmuran que yo soy tu enemiga porque
dicen que en verso doy al mundo mi yo…” Se
puede observar la manera que ella, en la Julia externa se siente sometida o
atada a las hipocresías, a su marido y a ese ente social al cual no
corresponde, pero en el que para ella las opiniones de los demás tenían
importancia. En sus versos ella reconoce y lamenta que esta particular faceta
sea mucho más dócil, conformista y dependiente de sus prejuicios y de la
sociedad en general. “Tú en ti misma no mandas; a ti todos te mandan; en ti
mandan tu esposo, tus padres, tus parientes, el cura, el modista, el teatro, el
casino, el auto, las alhajas, el banquete, el champán, el cielo y el infierno,
y el qué dirán social”.
No
obstante, existe esta otra Julia, la interior que en su poesía hace alarde de
la verdad, no perece ante la realidad a su alrededor, ni depende de la
aprobación de los demás, se siente más libre y auténtica. Esta Julia pretende
rebelarse por medio de una personalidad rebelde que no logra exhibir con la que
deja a un lado las presiones sociales y se da a sí misma en su poesía para que
los lectores aprecien su corazón a la misma vez que invita a las mujeres a no
dejarse manipular por los hombres, a pelear por sus derechos y a forjarse sus
pertinentes destinos. En sus versos la autora resalta cómo la Julia ávida
exterior reprende a la Julia frágil interior enérgicamente por no poder
manifestarse de la forma que ella realmente es, bien sea por rutina o por las
percepciones sociales. En síntesis, en este poema de Burgos ambas Julias son
como dos personajes opuestos dentro de una misma persona, el yo interior y
libre que tiene deseos y un espíritu que no quiere acatar reglas, ni le importa
“el qué dirán”, pero también el yo exterior que debe tener la apariencia de
mujer decente y perfecta, aunque no corresponda con su verdadera esencia.
En el poema “Autorretrato” de la escritora
Rosario Castellanos, ella expone a través de su poesía el sentir feminista,
contrastando el valor de la mujer en la sociedad, en la que todos los hombres
subyugan todos los aspectos integrales de sus vidas, limitándolas simplemente a
papeles domésticos. En este poema, además, la poetisa se explora a sí misma por
medio de una poesía sencilla en la que se puede vislumbrar sin dificultades la
posición que la autora asumió frente a circunstancias simples en la existencia;
específicamente, en las contrariedades que vivió como persona, mujer, madre y
profesional. Es un personaje que se deleita en vivir aislada en su pequeño
espacio sin mayores intereses ni pasatiempos, acostumbrada al sufrimiento y a
llorar por cosas banales como un modo de protección que le ayuda a sobrellevar
sus desventuras. Pude de igual forma, observar en su texto señales de
inseguridad, soledad y poca apreciación individual. En su narración ella
constantemente hace uso de emociones fuertes y del sentido de humor,
posiblemente para con esa ironía disfrazar o esconder un dolor más profundo,
natural y triste que llenaba su alma de mujer oprimida.
Castellanos describe un retrato de su
propio Yo, pero no es una verdadera imagen de ella, aunque muchos aspectos en
su poema sean reales. La escritora en sentido sarcástico envuelto en sus versos
directos alega que el distintivo de señora era significativo desde su
perspectiva social, puesto que la igualaba al hombre y le abría muchas puertas.
“Yo soy una señora” dice, tal distinción de señora o dama según la poetisa
importaba más que el físico que se tuviera.
Ella en sus versos se personifica con
rigidez y nos deja saber que es una madre soltera, pero a su vez es una mujer
intelectualmente preparada, que con sus escritos consiguió manifestar su punto
de vista, desahogarse o aliviar momentáneamente sus penas. En cuanto a lo
afectivo, desconocía la felicidad y cualquier sentimiento amoroso; ella enseña
su propia desilusión por la vida, su lamentación sin llegar al melodrama y su
sufrimiento sin llegar a la tragedia.
Para lograr estar acorde con las exigencias sociales, la autora ve la
fortaleza con cierto sentido sarcástico o jovial y habla sobre la peluca y un
buen maquillaje, los que son las fachadas ideales que debe precisar toda mujer
para mantener una actitud hipócrita y pretender ser quién en realidad no es.
Con respecto a Alfonsina Storni, su obra
“Tú me quieres blanca”, rompió evidentemente con el tabú de la virginidad o
pureza femenina y sacó a flote la doble moralidad sobre los hombres, los cuales
le exigían a las mujeres unos procederes en los que ellos mismos no creían. Su
poesía ilustra toda la lucha feminista sin pausa y en tono agresivo que ella
efectuó en su vida, tratando de buscar un cambio en los estereotipos sexuales
de su época, violando el lenguaje y las costumbres esperadas por una mujer en
aquel entonces, dejando de lado la imagen de mujer neutral y conservadora para
revelar a una mujer plena. La autora expone con este poema las expectativas tan
desiguales que socialmente regían o eran bien vistas en un hombre, pero no en
una mujer. Los hombres podían deleitarse con el libertinaje y gozar los
placeres de la vida mientras las mujeres debían conservarse virtuosas y
decentes. Ella demanda que él sea tan íntegro como ella y no va a consentir
nada menos; si exige recato, él tiene que practicarlo igualmente.
En esta otra poesía “Peso ancestral” de
Alfonsina Storni se realza su sentido feminista con un tono de aflicción,
tristeza y de reclamo por la presencia del machismo en la sociedad y con su
poesía hace un llamado de conciencia sobre la sumisión de la mujer.
Básicamente, el poema denota las diferencias entre hombres y mujeres. Ella
manifiesta la compasión de mujer y una aterradora empatía que brota de ella al
ver esa lágrima porque sabe todo lo que les cuesta a los hombres el no llorar.
Su poema es una reprimenda también hacia los hombres por no saber llorar, por
no expresar lo que sienten por el temor a lo que otros puedan pensar o
simplemente por estereotipos sociales que les indican que los hombres no deben
llorar. Las mujeres son emocionales y débiles; los hombres son fuertes y en
general esconden sus emociones. “No han llorado los hombres de mi raza…” Aunque
ambos pueden llorar, según la literata, los hombres son capaces de soportar
mucho más sufrimiento y aflicción. Las mujeres, por otra parte, son frágiles y
no pueden resistir mayor dolor, por eso lloran con facilidad y frecuencia.
Semejanzas
y diferencias entre las tres escritoras estudiadas
Puedo subrayar que las tres autoras
tuvieron esa similar inquietud y se pronunciaron mediante sus escritos en
contra de la preponderancia de los hombres y las desigualdades o
discriminaciones a las que eran sometidas las mujeres por parte de las pautas
determinadas por la sociedad de ese entonces. Por consiguiente, todas fueron
precursoras del movimiento literario feminista en el siglo XX. Cada una de las
poetisas con su particular estilo utilizó la poesía como un medio para
reflexionar, criticar y rebelarse al entorno considerablemente machista
imperioso en sus tiempos. Asimismo, estas escritoras, aunque eran oriundas de
lugares diferentes usaron un idioma claro, bastante sencillo, sin expresiones o
terminologías sombrías.
Sus personalidades individuales, pero a la
vez muy parecidas la una de la otra, ellas eran a mi juicio mujeres firmes, seguras
y genuinas. La poetisa Burgos en su poesía expone su rebeldía y persiste en su
exaltación para alterar y mejorar la situación social injusta que ella denuncia
en su escritura. Por otro lado, Castellanos, pese a las desigualdades que sufre
y afronta la mujer ante la sociedad de aquel entonces, no exterioriza sus
emociones de lucha ni se nota rebeldía; solo describe en su prosa las
dificultades para cuidar el apelativo de señora. Ella se conforma y se amolda a
ese modo de existencia. Por otra parte, Storni, en sus poesías, descubre la
situación general de las mujeres y reclama un cambio de conducta de los hombres
quienes primero deben ser más recatados para después querer demandar castidad
por parte de las mujeres.
Julia se regaña a sí misma; quizás concluyendo
que el cambio de visión debe empezar una mujer a la vez. Rosario se ríe de la
sociedad con humor irónico pero con la intención de no
dejarse vencer. Ella juega el juego bien y por eso salió adelante. Alfonsina es
la agresiva del grupo, la rebelde, la que es más acción que pensamiento. Su voz
no es privada como Julia, o disimulada como Rosario, es a todo pulmón.
Referencias
American Psychological
Association. (2010). APA Manual (Publication Manual of the American
Psychological Association). Washington, DC: Author.
McDougal Littell, & Nextext. (2003).
Abriendo puertas: Antología de literatura en español. Tomo I. Evanston, IL: McDougal Littell.
Society and Self,
Critical Representations in Literature. (en itálicas) (2017, May 16). “Rosario
Castellanos Reader Summary” - eNotes.com. Retrieved May 16, 2017, from
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“La faceta revolucionaria y feminista de
Julia de Burgos” | Librería Barco De Papel. (2014, February 17). Retrieved May 16, 2017, from
http://libreriabarcodepapelny.com/la-faceta-revolucionaria-y-feminista-de-julia-de-burgos/