Tabla que
ilustra las diferentes maneras que la mujer es percibida en las siguientes
piezas literarias del siglo de oro.
Obra: El burlador de
Sevilla y convidado de piedra.
Autor: Téllez, Gabriel (Tirso de
Molina)
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Obras: “En perseguirme,
Mundo, ¿qué interesas?”
“Hombres
necios que acusáis…”
Autor: Sor Juana Inés de
la
Cruz.
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Maneras que la mujer es percibida en su obra:
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Maneras que la mujer es percibida
en sus fragmentos literarios:
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v Tirso en esta
obra trató de representar al hombre como alguien tímido y a las mujeres
como si fueran fuertes o vigorosas,
Tirso además las pinta egoístas, ambiciosas, calculadoras, vanas, sensuales, por esas
razones se pierden tan fácilmente, juguetes de su propia fragilidad como de las artes sagaces
de Don Juan aunque, al principio él nos hace pensar lo opuesto. De esta forma notamos que Aminta la cuarta
mujer engañada por Don Juan ante su promesa matrimonial, se deslumbró de
codicia y cegada por el nombre y poder del falso pretendiente es una más de las féminas que cayeron en las redes
del burlador como vemos en las sucesivas estrofas.
"Don Juan:
Ahora bien: dame esa mano, y esta voluntad confirma con ella.
-Aminta: ¿Qué no me engañas?
-Don Juan: Mio el engaño sería.
- Aminta: Pues jura que
cumplirás la palabra prometida.
- Don Juan: Juro a esta mano,
señora, infierno de nieve fría, de cumplirte la palabra".
(Molina; 1975:85)
v Muchas de las
mujeres, a despecho de las restricciones de la sociedad, se hallaban en
papeles básicos activos como ordenar el trabajo doméstico, perpetuar la especie humana y satisfacer
las necesidades afectivas de su cónyuge. De ellas tan solo se esperaban que fueran dóciles, castas, disciplinadas, retraídas, modestas o reservadas.
En otras palabras, debían permanecer calladas y pasar sus días aisladas y encerradas en su casa cuidando de el hogar y criando sus
hijos.
v La obra inicialmente
muestra el hombre como el más superior, poderoso y el que tiene la última
palabra. La pieza literaria presenta también el machismo a lo largo de los actos puesto que, Don Juan era
el que se burlaba de las mujeres. Ellas eran solo juguetes de afección. Las obras de
Tirso de Molina son productos de una mente seria pero también
traviesa. Don Juan, el protagonista de la obra El
Burlador de Sevilla, era un joven libertino que conquistaba las mujeres
que encuentra crédulas a su paso, gozaba de ellas y luego las abandonaba
sin el menor resentimiento de culpa hacia las pobres incautas.
v El Burlador de
Sevilla se diferencia de muchas otras obras que presentan o
que quieren abordar la trama del seductor. Ese argumento de la
búsqueda incesante de la mujer «ideal»,
a partir de la obra de Tirso, El Burlador, donde él llega a criticar
actitudes de la mujer como fragilidad
moral, traición, inconstancia que las convierten en la filosofía del
donjuanismo. A causa de
la represión social, las mujeres se alejaban del mundo exterior, y el
personaje Don Juan, excitado, deseaba ver, tocar y poseer a la mujer que era
considerada como el: fruto prohibido.
v En esta obra, el rey
Alfonso casa a las mujeres ofendidas a su gusto para establecer el orden
social, sin jamás considerar las emociones de las mismas. Por lo tanto, ellas
No tenían voluntad propia y no podían elegir por su cuenta.
Esas mujeres burladas por Don Juan fueron Isabela,
Tisbea, doña Ana y Aminta las cuales no son presentadas como ejemplos de
virtud y se entregaron a él sin amor. Es decir, las mujeres del burlador
participan de los vicios morales y sociales
que identificaban a la mayor parte de los personajes del drama y todos concuerdan en algún tipo de falla que las hace, en
parte, culpables de su propia deshonra.
v En las nobles, las causas de la
deshonra es la entrega al amado antes del matrimonio; en cambio en las plebeyas, la arrogancia es lo que les
hace caer en la trampa del burlador. De este modo, en Tisbea la soberbia en contra del amor y en Aminta, la soberbia
de ser aldeana rica. Por ejemplo, Tisbea descrita en la
obra como la vanidosa
y pedante pescadora, que se muestra arrogante, burlándose del amor, glorificandose
de rechazar a todos los pescadores y de mantener intacto su honor.
v Las motivaciones
de Tisbea para dejarse seducir por Don Juan no eran ni la falta de
pretendientes, pues que todos los pescadores la deseaban, ni la belleza del
galán, ya que Anfriso también era atractivo. La promesa de matrimonio fue
la justificación de su entrega. Entre algunas de las siguientes líneas
de esta obra que abordan lo antes expuesto están.
“Mi honor conservo en pajas
como fruta sabrosa, vidrio guardado de ellas para que no se rompa. De cuantos pescadores [...] desprecio soy, encanto, a sus suspiros sorda, a sus ruegos terrible, a sus promesas roca.” (vv. 375-434)
¡Ah, falso huésped, que dejas
una mujer deshonrada! [...] Yo soy la que hacía siempre de los hombres burla tanta. ¡Qué siempre las que hacen burla, vienen a quedar burladas! Engañome el caballero debajo de fe y palabra de marido, y profanó mi honestidad y mi cama. Gozome al fin, [...] (vv. 1008-1022)
v En general las mujeres del Siglo
de Oro tenían menos poder que los hombres, pero tenían más dificultades para
defender su honor. Aunque los hombres, como don Juan, podían estar con muchas
mujeres, las mujeres solo debían estar con un esposo para tener su honor.
Los hombres no
tenían las mismas reglas de las mujeres y no tenían problemas con ganar el
honor. Ordinariamente y al presente incluso se asevera que muchos
de los hombres tienen algo del personaje principal de esta obra y que ese
algo es lo que fascina a las mujeres que se ven atrapadas en artimañas o
astucias seductoras.
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ü Sor Juana nos ofrece una clara visión de la existencia y posición de la
mujer de su tiempo, pero, sobre todo, expresa su punto de vista como una dama que no pretendía subordinarse a las
reglas impuestas por el mundo que la rodeaba. Ella revela expresamente en sus poemas que no siente razonable
que le imposibiliten desplegar su intelecto por el sencillo y simple hecho de
ser mujer (en esos tiempos estaba
prohibido que las mujeres estudiaran), así que sagazmente le respondió a uno de sus
perseguidores con este poema en el que le deja saber que lo que ella quiere
es "Poner riquezas en su
entendimiento" y "No su entendimiento en riquezas", es decir, hacerse más sabia con cosas valiosas para
la sabiduría que usar su sabiduría para las
riquezas, semejante con las vanidades de la vida que la vida en vanidades.
ü Sor
Juana en estas piezas literarias se refiere
sobre todo a la belleza, la
característica más elogiada de las mujeres, como una cualidad que le trae
desgracia a la mujer y que no perdura mucho. A los hombres simplemente les importa
poseer la belleza para satisfacer sus pretensiones y deseos, una vez que la
poseen, la dejan, la rechazan y la mujer se queda sola, desdichada y marchita
similar a una rosa. La
rosa es un motivo habitual en la poesía de Sor Juana y simboliza la mujer, su
belleza, juventud y gentileza. Sor
Juana trata de fortalecer su identidad
femenina a través de los poemas dedicados a las mujeres, pero igualmente trata de justificar su derecho
natural de escribir y encontrar maneras de protegerse de lo acosos y acusaciones a las cuales estuvo expuesta.
ü El destino de la dama joven y bella al igual que la rosa parecía
ser inevitable en aquella época:
ser infeliz o desdichada a menos que se mantuviera alejada del hombre que la seducía. Su
obra contrasta la definición de belleza
según de la sociedad y según ella, y decide
que la belleza interna, de la mente e intelecto, es más importante que
belleza externa o física, como dice la sociedad. Los sucesivos versos nos sirven
para validar las anteriores afirmaciones.
“En perseguirme, mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando solo intento poner bellezas en mi entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas? Yo no estimo tesoros ni riquezas; y así, siempre me causa más contento poner riquezas en mi pensamiento que no mi pensamiento en las riquezas…”
ü Los
“hombres necios” según el poema son
aquéllos que persiguen a las mujeres
confiadas para su provecho egoísta. Ellos únicamente engañaban, destruían y manchaban la hermosura de las
mujeres como si ejercitaran su derecho natural por ser el sexo más fuerte. Este
poema en resumidas cuentas habla de la doble moral que existe entre el hombre
y la mujer, a las mujeres se les exige todo y no se le perdona nada y con los
hombres es todo lo contrario, algo que en muchas ocasiones persiste en la
sociedad actual.
“Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis: sí con ansia sin igual solicitáis su desdén, ¿por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal?
Dan
vuestras amantes penas
a sus libertades alas, y después de hacerlas malas las queréis hallar muy buenas…”
ü La
mujer era considerada por los hombres de aquel tiempo, fácil,
ignorante, pasional e incapaz de controlar sus apetitos, débil, que
solo aportaba la materia en el proceso de procreación, sin alma y destinada a
ser utilizada, gobernada, también estaba
reservada tan solo a la vida en el hogar y relegadas a un estatuto inferior
en el que no tenían ni voz ni voto, mujeres cuya vida pública era casi
inexistente.
ü El trabajo
literario de Sor Juana refleja el feminismo
en su contenido. El poema nos muestra una mujer más decidida, inteligente y capaz de revelarse a las críticas de una
forma astuta a través de las letras. Mejor
dicho, la mujer ya no quería ser sumisa y abnegada ante una sociedad
machista y patriarcal donde exclusivamente el hombre tenía el derecho a gobernar o a realizarse
como persona. Estos poemas
fueron parte de un reclamo social de Sor Juana, hecho obviamente ante la situación en la que le tocó vivir y en la cual el simple hecho de que una mujer
estudiara, sobresaliera o escribiera era prácticamente un SACRILEGIO
en la sociedad de esa época.
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