Tabla que ilustra las diferentes maneras que la mujer es percibida en las siguientes piezas literarias del siglo de oro.

 

Obra: El burlador de Sevilla y convidado de piedra.
Autorllez, Gabriel (Tirso de Molina)
Obras: “En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?”
“Hombres necios que acusáis…”
AutorSor Juana Inés de la Cruz.
Maneras que la mujer es percibida en su obra:
Maneras que la mujer es percibida en sus fragmentos literarios:
v Tirso en esta obra trató de representar al hombre como alguien tímido y a las mujeres como si fueran fuertes o vigorosas, Tirso además las pinta egoístas, ambiciosas, calculadoras, vanas, sensuales, por esas razones se pierden tan fácilmente, juguetes de su propia fragilidad como de las artes sagaces de Don Juan aunque, al principio él nos hace pensar lo opuesto. De esta forma notamos que Aminta la cuarta mujer engañada por Don Juan ante su promesa matrimonial, se deslumbró de codicia y cegada por el nombre y poder del falso pretendiente es una más de las féminas que cayeron en las redes del burlador como vemos en las sucesivas estrofas.
 
"Don Juan: Ahora bien: dame esa mano, y esta voluntad confirma con ella.
-Aminta: ¿Qué no me engañas?
-Don Juan: Mio el engaño sería.
- Aminta: Pues jura que cumplirás la palabra prometida.
- Don Juan: Juro a esta mano, señora, infierno de nieve fría, de cumplirte la palabra".
(Molina; 1975:85)
 
v Muchas de las mujeres, a despecho de las restricciones de la sociedad, se hallaban en papeles básicos activos como ordenar el trabajo doméstico, perpetuar la especie humana y satisfacer las necesidades afectivas de su cónyuge. De ellas tan solo se esperaban que fueran dóciles, castas, disciplinadas, retraídas, modestas o reservadas. En otras palabras, debían permanecer calladas y pasar sus días aisladas y encerradas en su casa cuidando de el hogar y criando sus hijos.
 
v La obra inicialmente muestra el hombre como el más superior, poderoso y el que tiene la última palabra. La pieza literaria presenta también el machismo a lo largo de los actos puesto que, Don Juan era el que se burlaba de las mujeres.  Ellas eran solo juguetes de afección. Las obras de Tirso de Molina son productos de una mente seria pero también traviesa. Don Juan, el protagonista de la obra El Burlador de Sevilla, era un joven libertino que conquistaba las mujeres que encuentra crédulas a su paso, gozaba de ellas y luego las abandonaba sin el menor resentimiento de culpa hacia las pobres incautas.
 
 
v El Burlador de Sevilla se diferencia de muchas otras obras que presentan o que quieren abordar la trama del seductor. Ese argumento de la búsqueda incesante de la mujer «ideal», a partir de la obra de Tirso, El Burlador, donde él llega a criticar actitudes de la mujer como fragilidad moral, traición, inconstancia que las convierten en la filosofía del donjuanismo. A causa de la represión social, las mujeres se alejaban del mundo exterior, y el personaje Don Juan, excitado, deseaba ver, tocar y poseer a la mujer que era considerada como el: fruto prohibido.
 
v En esta obra, el rey Alfonso casa a las mujeres ofendidas a su gusto para establecer el orden social, sin jamás considerar las emociones de las mismas. Por lo tanto, ellas No tenían voluntad propia y no podían elegir por su cuenta.  Esas mujeres burladas por Don Juan fueron Isabela, Tisbea, doña Ana y Aminta las cuales no son presentadas como ejemplos de virtud y se entregaron a él sin amor. Es decir, las mujeres del burlador participan de los vicios morales y sociales que identificaban a la mayor parte de los personajes del drama y todos concuerdan en algún tipo de falla que las hace, en parte, culpables de su propia deshonra.
 
v En las nobles, las causas de la deshonra es la entrega al amado antes del matrimonio; en cambio en las plebeyas, la arrogancia es lo que les hace caer en la trampa del burlador. De este modo, en Tisbea la soberbia en contra del amor y en Aminta, la soberbia de ser aldeana rica. Por ejemplo, Tisbea descrita en la obra como la vanidosa y pedante pescadora, que se muestra arrogante, burlándose del amor, glorificandose de rechazar a todos los pescadores y de mantener intacto su honor.
 
v Las motivaciones de Tisbea para dejarse seducir por Don Juan no eran ni la falta de pretendientes, pues que todos los pescadores la deseaban, ni la belleza del galán, ya que Anfriso también era atractivo. La promesa de matrimonio fue la justificación de su entrega. Entre algunas de las siguientes líneas de esta obra que abordan lo antes expuesto están.
 
Mi honor conservo en pajas
como fruta sabrosa,
vidrio guardado de ellas
para que no se rompa.
De cuantos pescadores [...]
desprecio soy, encanto,
a sus suspiros sorda,
a sus ruegos terrible,
a sus promesas roca.” (vv. 375-434
)
 
¡Ah, falso huésped, que dejas
una mujer deshonrada! [...]
Yo soy la que hacía siempre
de los hombres burla tanta.
¡Qué siempre las que hacen burla,
vienen a quedar burladas!
Engañome el caballero
debajo de fe y palabra
de marido, y profanó
mi honestidad y mi cama.
Gozome al fin, [...] (vv. 1008-1022
)
 
v En general las mujeres del Siglo de Oro tenían menos poder que los hombres, pero tenían más dificultades para defender su honor. Aunque los hombres, como don Juan, podían estar con muchas mujeres, las mujeres solo debían estar con un esposo para tener su honor. Los hombres no tenían las mismas reglas de las mujeres y no tenían problemas con ganar el honor. Ordinariamente y al presente incluso se asevera que muchos de los hombres tienen algo del personaje principal de esta obra y que ese algo es lo que fascina a las mujeres que se ven atrapadas en artimañas o astucias seductoras.


ü Sor Juana nos ofrece una clara visión de la existencia y posición de la mujer de su tiempo, pero, sobre todo, expresa su punto de vista como una dama que no pretendía subordinarse a las reglas impuestas por el mundo que la rodeaba. Ella revela expresamente en sus poemas que no siente razonable que le imposibiliten desplegar su intelecto por el sencillo y simple hecho de ser mujer (en esos tiempos estaba prohibido que las mujeres estudiaran), así que sagazmente le respondió a uno de sus perseguidores con este poema en el que le deja saber que lo que ella quiere es "Poner riquezas en su entendimiento" y "No su entendimiento en riquezas", es decir, hacerse más sabia con cosas valiosas para la sabiduría que usar su sabiduría para las riquezas, semejante con las vanidades de la vida que la vida en vanidades.
 
ü Sor Juana en estas piezas literarias se refiere sobre todo a la belleza, la característica más elogiada de las mujeres, como una cualidad que le trae desgracia a la mujer y que no perdura mucho. A los hombres simplemente les importa poseer la belleza para satisfacer sus pretensiones y deseos, una vez que la poseen, la dejan, la rechazan y la mujer se queda sola, desdichada y marchita similar a una rosa. La rosa es un motivo habitual en la poesía de Sor Juana y simboliza la mujer, su belleza, juventud y gentileza. Sor Juana trata de fortalecer su identidad femenina a través de los poemas dedicados a las mujeres, pero igualmente trata de justificar su derecho natural de escribir y encontrar maneras de protegerse de lo acosos y acusaciones a las cuales estuvo expuesta.
 
ü El destino de la dama joven y bella al igual que la rosa parecía ser inevitable en aquella época: ser infeliz o desdichada a menos que se mantuviera alejada del hombre que la seducía. Su obra contrasta la definición de belleza según de la sociedad y según ella, y decide que la belleza interna, de la mente e intelecto, es más importante que belleza externa o física, como dice la sociedad. Los sucesivos versos nos sirven para validar las anteriores afirmaciones.
 
“En perseguirme, mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando solo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?

Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas…
 
 
ü Los “hombres necios” según el poema son aquéllos que persiguen a las mujeres confiadas para su provecho egoísta. Ellos únicamente engañaban, destruían y manchaban la hermosura de las mujeres como si ejercitaran su derecho natural por ser el sexo más fuerte. Este poema en resumidas cuentas habla de la doble moral que existe entre el hombre y la mujer, a las mujeres se les exige todo y no se le perdona nada y con los hombres es todo lo contrario, algo que en muchas ocasiones persiste en la sociedad actual.
 
“Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

sí con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal
?
 
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas…”
 
ü La mujer era considerada por los hombres de aquel tiempo, fácil, ignorante, pasional e incapaz de controlar sus apetitos, débil, que solo aportaba la materia en el proceso de procreación, sin alma y destinada a ser utilizada, gobernada, también estaba reservada tan solo a la vida en el hogar y relegadas a un estatuto inferior en el que no tenían ni voz ni voto, mujeres cuya vida pública era casi inexistente.
 
ü El trabajo literario de Sor Juana refleja el feminismo en su contenido. El poema nos muestra una mujer más decidida, inteligente y capaz de revelarse a las críticas de una forma astuta a través de las letras. Mejor dicho, la mujer ya no quería ser sumisa y abnegada ante una sociedad machista y patriarcal donde exclusivamente el hombre tenía el derecho a gobernar o a realizarse como persona. Estos poemas fueron parte de un reclamo social de Sor Juana, hecho obviamente ante la situación en la que le tocó vivir y en la cual el simple hecho de que una mujer estudiara, sobresaliera o escribiera era prácticamente un SACRILEGIO en la sociedad de esa época.
 

Literatura del Siglo de Oro (Parte 2)


El Quijote y la complicidad en el engaño.

El tema del engaño lo podemos analizar en diversas obras de la Literatura de España, incluyendo la novela de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, escrita por el autor español Miguel de Cervantes. El engaño no simplemente se puede encontrar en el cuento céntrico de la obra, sino además en sus leyendas paralelas y se muestra de modo más sofisticado en los encantamientos y en la teatralidad de la misma pieza literaria.  La situación ficticia en esta novela se inicia a partir de un engaño. El engaño es apreciable a través de muchos de los actores y escenas en esta obra. En este sentido, el acto de prueba en realidad se refiere a un engaño. “Más vale el engaño y la ignorancia que la sabiduría y la verdad”, nos murmuran los personajes interpuestos por Cervantes a través de los infortunios de su héroe. Tal moraleja, simbolizada por la cantidad de ocasiones en que de forma irrisoria el hidalgo hace pedazos o embota su lanza, signo de la verdad caballeresca queda corroborada en la historia desventurada de Dorotea, pero, sobre todo, en la historia del curioso impertinente.

 En este relato, Anselmo duda conocer hasta que punto llega la honestidad de su esposa Camila. Para probarla, llevó su mejor amigo Lotario, a la casa y lo dejó a solas con ella bajo el acuerdo de que le hiciera insinuaciones galantes. Comenzando con el extravagante deseo de Anselmo por saber la verdad se multiplicaron las mentiras y las desgracias. Para empezar, Lotario, debido a su gran amistad con Anselmo, estimaba que no era oportuno usar las armas de seducción acordadas; pero, no le quedó más que mentirle y engañarle sobre la fidelidad probada de Camila. Prontamente, Anselmo, que adviertió el noble engaño de Lotario, le convenció para que pretendiera seducir realmente a Camila. Una vez Lotario se decidió a poner límite a la ocurrido, Camila se rindió. Pero el amor se reveló más fuerte que la amistad y Lotario engañó luego a Anselmo en la dirección inversa; su esposa, le dijo, sigue firme como una roca. No quedó ahí el sarcasmo de la verdad a ultranza, más adelante, cuando Lotario, por celos infundados ante un tercer hombre, se vengó de Camila confesándole a Anselmo que, en efecto, su esposa había cedido, todos mintieron ante Anselmo para desagraviar la honra manchada de su mujer. Poco despúes, la criada Leonela, Lotario y la propia Camila toman parte en una representación donde ella, tras proclamar su inocencia, pretendió suicidarse con una daga ante Lotario por haber dicho fingidamente que la había seducido. Contradictoriamente, al querer saber una simple verdad suscita una grande y compleja ficción colectiva ante el propio interesado.

En esta afamada obra Alonso Quijano, quién representaba a Don Quijote fue un hidalgo de unos cincuenta años retirado, obsesionado con los libros de caballerías, creía que cada una de sus palabras era realidad, a pesar de que muchos de los eventos eran claramente imposibles. Quijano es visto por otras personas como alguien que ha perdido la razón, debido a la falta de descanso por no dormir, la falta de apropiada alimentación y la mucha lectura. Este personaje en su delirio decide emerger como un caballero andante en busca de varias aventuras. Se coloca una armadura vieja, reemplaza su nombre a "Don Quijote de la Mancha" y nombra a su caballo flaco "Rocinante". Igualmente, escoge a una mujer de una granja vecina, llamada Aldonza Lorenzo, como su amada, nombrándola Dulcinea del Toboso. Luego salió y termino en una venta, que él pensó era un castillo. Le preguntó al ventero, que él creía era el señor del castillo, que lo convirtiera en hidalgo.

El ventero, que, como está dicho, era un poco socarrón y ya tenía algunos barruntos de la falta de juicio de su huésped, acabó de creerlo cuando acabó de oírle semejantes razones, y, por tener que reír aquella noche, determinó de seguirle el humor: y así, le dijo que andaba muy acertado en lo que deseaba y pedía... (I,3,26)”.

Después, pasó la noche vigilando sus armas, en el que se vio envuelto en una pelea con carreteros que trataron de quitarle su armadura del abrevadero para que pudieran beber sus animales de carga. Don Quijote tuvo un encuentro con comerciantes de Toledo, que le difaman a la supuesta Dulcinea, uno de ellos lo golpeo gravemente y lo dejó al lado de la carretera. Al poco tiempo, Don Quijote fue encontrado y devuelto a su casa por un campesino vecino, Pedro Crespo.

Don Quijote fue engañado por el cura, el barbero, su ama de llaves y su sobrina, entre muchos otros. Los personajes conspiraron para destruir la biblioteca de Quijote y cuando el caballero andante se preparaba para su segunda salida, hicieron un esfuerzo para evitar que él saliera quemándoles a escondidas la gran parte de sus amados libros de caballerías y sellándole su biblioteca pretendiendo que un mago se la había llevado. Su estrategia fue utilizar los delirios de Don Quijote como un medio de engañarlo con frecuencia para protegerlo. Es decir, recurrían al engaño para hacerlo volver a la realidad de Alonso Quijano. Otros como el ventero y los duques usaban la manipulación con una intención de burla, en las líneas anteriormente citadas de esta novela se puede notar este detalle. Don Quijote no solo imitaba a un caballero andante, sino que otros se confabulan y se hacían cómplices del engaño creando más real su invención.

La sobrina del Quijote percibe que su plan ha fracasado: su tío está decidido a salir de casa y al no haber logrado persuadirlo para no hacerlo. Viajar a la ciudad, Don Quijote se encuentra con Sancho Panza, un plebeyo y lo convence para servirle como su escudero, prometiéndole el gobierno de una isla. El insulso Sancho estuvo de acuerdo, así, la pareja se escabulló en la madrugada. Es aquí cuando su célebre serie de aventuras empezaron con el ataque a los molinos de viento que él creía que eran gigantes feroces. Quijote se preparó para la batalla contra un ejército de gigantes, a pesar de las advertencias urgentes de Sancho cuando este se dio cuenta que tales "gigantes" eran tan solo molinos de viento. Quijote insistía y se abalanza hacia los molinos de viento y cae al suelo, cuando la lanza se atasca en las velas del molino de viento. Quijote no es gravemente herido, aunque su caballo, Rocinante, es más gravemente herido. Cuando llega a estar claro a Quijote que se trata de un campo de molinos de viento, argumentaba que un encantamiento ha transformado los gigantes en molinos de vientos con el fin de robarle la victoria.

El personaje de Sancho posee una doble particularidad, por un lado, trató de desengañar al Quijote por otro lado, incluso Sancho se sintió obligado a engañarlo y se vuelve cómplice del engaño en otro encantamiento. Sancho también ejecutó una actuación engañadora convincente apoyada en un lenguaje rimbombante y acciones pomposas que se atañe con la fantasía que le estaba haciendo creer a don Quijote. Sorprendido en la búsqueda de Dulcinea, Sancho le trajo tres labradoras sucias y harapientas y le dijo a don Quijote que la misma era Dulcinea y sus damas de honor. Cuando Don Quijote se percató que las mismas eran tan solo labradoras, Sancho lo engañó haciéndole creer a don Quijote que sufría de un hechizo cruel que no le permitía ver la verdad, una vez más el encantamiento era el que funcionaba para justificar el cambio de apariencias de Dulcinea.

Quijote siguió en su búsqueda de aventuras. En una calle lateral, atacó a dos monjes que acompañaban a una dama. Quijote argumentaba que la mujer había sido secuestrada y la llevaban encarcelada en el carruaje. Sancho intentó disuadir al hidalgo, pero fracasó. Entonces el mismo se unió a la batalla e intentó robarle la ropa de los monjes. En este punto, los monjes intervinieron y dieron a Sancho una paliza bastante grave. Quijote fue herido en la oreja, pero casi mata a uno de los asistentes de la señora, un hombre llamado "el valiente Biscainer." Quijote dijo que se perdonaría la vida solo sí el hombre se comprometía a presentarse ante Dulcinea, para que ella pudiera disponer de él como ella quisiera. La compañía de la señora, sus asistentes, los monjes y sus sirvientes con entusiasmo convinieron a las demandas del Quijote porque vieron que era peligroso.

En tal exquisita obra, la composición de literatura con vida, la exuberancia de disfraces, y un personaje que no parece pertenecer al mundo en que vive crean un ambiente vertiginoso en la novela del Quijote. Los protagonistas y el lector siempre tienen que predecir si algún incidente o encuentro es real, imaginario, o un engaño. Es indiscutible que "la realidad" no es un concepto simple y el escritor trata de hacernos pensar en su mensaje. La más compleja forma de engaño es el encantamiento. Don Quijote usa a los encantadores para justificar sus equivocaciones cuando sus aventuras fracasan, en muchas de las cuales termina apaleado o apedreado a pesar de las advertencias de Sancho. Los encantadores son la justificación a sus problemas. Varios de los encantamientos a los que el Quijote se refiere son provocados a modo de broma por terceros, los que, luego, de engañadores se convierten en engañados. Sancho, por ejemplo, recurrió al truco del presunto encantamiento de Dulcinea para engañar a don Quijote, y posteriormente fue a su vez burlado por los duques, quienes lo hicieron creer que Dulcinea en verdad estaba encantada.

El personaje de don Quijote al principio no contaba con los encantamientos para justificar sus fracasos. Entonces culpó por ejemplo a Rocinate, cuando volvió derrotado de su primera salida, luego del apaleamiento en la escena de los mercaderes toledanos. A partir de ese momento don Quijote empezó a usar los encantamientos como defensa de los infortunios de sus aventuras.  Así distinguimos la actuación de Dorotea quien se disfrazó de forma exótica y se hizo pasar por la princesa Micomicona, del reino de Micomicón en África participando junto al cura y el barbero en la complicidad del engaño, argumento recurrente en toda la obra.

Sacó luego Dorotea de su almohada una saya entera de cierta telilla rica y un mantelillo de otra vistosa tela verde, y de una cajita, un collar y otras joyas, con que en un instante se adornó, de manera que una rica y gran señora parecía…A todos contentó en extremo su mucha gracia, donaire y hermosura… (I,29, 178).

Más tarde, los duques decidieron aprovechar el paso de ambos personajes por sus propiedades para divertirse a costa de ellos. Los mismos ordenaron a sus criados que les siguieran la corriente a los visitantes y que se comportaran al estilo de las cortes de los libros de caballerías. Delicados y despiadados a la vez, los duques harían revivir artificialmente a don Quijote y a su  amigo las aventuras caballerescas sin que estos tuvieran que descubrir la realidad de sus grandes bromas y engaños ideadas por los duques. En una cacería que organizó el Duque en honor de Don Quijote, apareció uno de los criados disfrazado de diablo, que anunció la llegada de un cortejo de encantadores que traían sobre un carro triunfal a su imaginaria Dulcinea del Toboso. Entre la comitiva que llegó, se destacaba el sabio Merlín, el cual pronunció ante Don Quijote una cómica y solemne profecía en la que anunciaba que Dulcinea estaba encantada en forma de aldeana y que únicamente recobraría su estado original cuando Sancho se haya dado tres mil trescientos azotes. Don Quijote tuvo que rogar al escudero que de cuando en cuando se sometiera a un azote para así lograr el desencanto de Dulcinea.

En síntesis, son innumerables las escenas en esta obra que nos demuestran la complicidad del engaño, resulta inverosímil citarlas todas, rigurosamente he tratado de mencionar algunos de los actos más encantadores e importantes. Es posible afirmar que Cervantes no solamente escribió el Quijote para desarrollar a su protagonista, sino también lo utilizó para considerar la naturaleza de la literatura en general y su realidad ficticia la cual inicia de un juego entre la apariencia y la realidad, o mejor dicho de un engaño. Para que una novela artificial tenga éxito, es necesario que el autor convenza al lector de que un mundo ficticio es un mundo real. Es decir, tiene que transformar a la ficción en una realidad en la mente del lector, encantándole.

Por lo tanto, los encantamientos y su teatralidad forman una parte fundamental de la totalidad de las aventuras en las que participa don Quijote, son, además, expresiones sofisticadas del engaño, en las cuales el lector y los personajes son partícipes y cómplices la mayoría de veces. Es decir, la novela entera es un gran encantamiento construido de varios pequeños encantamientos, que sobre todo le sirven al hidalgo para justificar sus fiascos. Por tal razón, la manera en que los personajes reaccionaban a los encantamientos y la manera en que los lectores la interpretan pueden servir como un espejo que refleja la forma en que Cervantes quería que interpretemos su obra. Detrás de un análisis de los engaños expresados por los encantamientos episodio por episodio de esta novela se nos deja ver la progresión que nos transporta a aceptar los mismos como una parte de la realidad, o al menos a un mundo donde todo es posible. Después de todo, está claro que Cervantes ha tenido éxito en su encantamiento porque muchos creemos en la existencia de la teatralidad de don Quijote y las características picarescas de los demás personajes en esta extraordinaria obra de la literatura universal.

Comparación de los personajes de dos Novelas Picaresca de la Literatura Universal del Siglo de Oro (Parte 1)


El Lazarillo de Tormes (Anónimo) y El Periquillo Sarmiento (Fernández de Lizardi)

Estas dos obras son indudablemente clásicos de la literatura universal. El Lazarillo de Tormes es una admirable novela española del Siglo de Oro, de autor anónimo y precursora de la novela picaresca por el realismo, la narración y la ideología moralizante característica de la época. En muchas ocasiones  la broma es tan humana que logra estimular en el lector la simpatía para con el engañado (como en el caso del pobre hidalgo). Esta obra narra la historia de Lázaro de Tormes, un pequeño que quedó huérfano de padre y fue dado por su madre a un malvado ciego, quien lo maltrató grandemente. Hasta que un día se le escapó, pero su situación de desventurado lo obligó a buscar nuevos amos entre estos: un ciego, un escudero, un fraile, un recaudador, un capellán de la iglesia y un alguacil. Después de tanto padecer, su vida mejoró.

Por otra parte, Pedro Sarmiento, alias "el Periquillo Sarmiento", del prosista mexicano Fernández de Lizardi quién fue el inicial novelista hispanoamericano, en su obra habla de un personaje gracioso y pícaro de origen popular que narra sus dichas y desdichas, además de su vida como un joven que trabajó como barbero, boticario, médico, escribiente, soldado y encargado de un mesón. El pícaro personaje de esta otra obra se divirtió mucho con buenos y malos amigos, se envolvió en muchos problemas y hasta preso fue; pero al final su vida mejoró. Con una gran picardía, él relató su vida llena de aventuras, desdichas y alegrías con la finalidad de que sus hijos elijan el camino más indicado en la vida.  

v  Semejanzas entre estos dos personajes pícaros Lazarillo y Periquillo

 

 En ambas obras el personaje fue un individuo pícaro del género llamado novela picaresca. Tanto el Lazarillo como el Periquillo fueron personajes cómicos y rebeldes que tenían razones y derecho a ser vivarachos despreciaban los valores de la caballería, el honor, el amor, porque sabían que eran vanos, fingidos y absurdos. Tenían muy poca o nada de educación. El Lazarillo es además un huérfano que luego a lo largo de su vida adquiere continuos patronos o amos.  Por lo tanto, fue sirviente de muchos de ellos, de los cuales aprendió diferentes cosas y enseñanzas de vida, que aplicó en su futuro. Lázaro fue un pobre muchacho de bajo origen, a quien el destino desfavorable sacude despiadadamente sin permitirle escapar del infortunado ambiente en que vivió. Lázaro, no reaccionó con amargura ante su destino, más bien limitó a poner de realce y con sana intención irónica, las faltas de sus diversos amos. Sus palabras no fueron de venganza, ni le faltó el humor, solía mostrar una actitud de alegre resignación. Los motivos de su conducta eran parte de su realidad cotidiana: el hambre y la lucha por lograr el diario sustento. Lázaro se valió de grandes astucias como cuando abrió un pequeño orificio en la bota de vino de uno de sus amos el ciego, para robarle un poco de vino con una pajilla.

El héroe lucha y cosecha victorias, por el contrario, el pícaro se debate en una sociedad incompatible y recibe solamente golpes. De esta manera, la miseria le obligó quebrantar la ley cuando estuvo a su alcance. Los personajes principales Lazarillo y Periquillo fueron mozos de distintos amos, pelearon por la supervivencia y lucharon por la sustentación más primordial. Asimismo, los pícaros, protagonistas en las dos novelas, se caracterizaron por variadas acciones deshonestas: robar, estafar, violar los derechos de las personas.  De igual manera, estos dos pícaros lograron obtener poco a poco algunos conocimientos de sus muchos amos, los cuales pusieron en práctica en el trayecto de su vida.          

En ambas obras al final, los dos personajes encuentran un mejor camino.  Ambos, dejan de lado las acciones indignas y hallan un valor a la existencia que llevan. En las dos novelas estos dos personajes sobreviven las desventuras, que los llevan a padecer y sobrellevar las circunstancias y difíciles situaciones de las cuales de manera pesimista creían que no iban a poder salir de ningún modo, pero que, a pesar de ellas, lograron salir adelante valiéndose de diferentes medios. Es decir, los dos pícaros en estas obras lograron vencer los problemas consiguiendo instalarse en un lugar determinado y adentrarse en el buen camino. Consiguieron adaptarse, transformarse en personas de acciones correctas, lograron cambiar el rumbo de sus vidas en un determinado momento, y se asentaron en una sociedad que siempre habían rechazado y en la cual pocas veces sintieron formar parte.  

 

v  Diferencias entre los dos representantes pícaros.

 

 En el Lazarillo de Tormes el pícaro, Lázaro convirtió el argumento en uno de detalles realistas, pero sin un fondo verdaderamente de sarcasmo, sino de lectura paciente, con sátiras y críticas indirectas.  En cambio, el Periquillo Sarmiento, consiguió introducir un contexto en el que el mismo no dejó pasar una situación para criticarla y dejar una manera de lección parar un futuro evento similar.

Con el personaje del Periquillo Sarmiento hay un mundo de acción, de aventuras, de distintos incidentes con innumerables amigos, amos, acontecimientos y enseñanzas. Periquillo viaja por diferentes ciudades, países, conoce distintas culturas, otras civilizaciones.  Alcanza obtener diversos puntos de vista, oponerse a varios razonamientos que lo llevan a tener una dirección más abierta a ciertos tipos de acciones. Es decir, se podría afirmar que la vida del Lazarillo fue restringida, monótona y homogénea, paradójicamente la vida del Periquillo fue muy amplia, activa y diversa.  Lázaro pasa de tener un amo a otro, unas pequeñas enseñanzas y aventuras.  Periquillo no acaba de aprender, de relatar diferentes situaciones, de criticar, de moralizar acerca de todos los temas posibles, de tomar una decisión, de reprender a los culpables y de dar enseñanzas o lecciones de vida.

En la vida de Lázaro no existieron individuos que influyeron a lo largo de su existencia, a no ser por uno de sus amos el ciego.  Por lo tanto, no se destacaron importantes personas o relaciones del Lazarillo con gente de su época.  En cambio, el Periquillo conoció en el lapso de su subsistencia numerosas personas que le colaboraron y alentaron a establecerse en un lugar fijo.  Con la ayuda de las mismas, logró superar varias de las situaciones en las cuales se encontraba muy mal, y de las cuales él pensó no saldría bajo ningún concepto y por ningún medio. Por lo tanto, Periquillo consiguió reformarse con el apoyo de los fuertes lazos de amistades y parientes que habían encontrado en el transcurso de su vida.

 
 

 

 

 

 

 

 

 

 


Tres piezas literarias representativas de la edad Media en España.


Ø  Romance de la pérdida de Alhama. (Anónimo)

 
Es uno de los romances de los que dieron comienzo a la literatura española y representó rasgos de lo que fue la época Medieval de España. Época conocida como período de la reconquista donde los reinos cristianos de la península Ibérica buscaron el control español en poder del dominio musulmán. Desencadenaron la lucha contra los moros de Granada para reconquistar los territorios perdidos. España fue por varios siglos controlada por los musulmanes. Este Romance histórico relata la reacción del pueblo de Alhama hacia el rey por haber dejado que los cristianos tomaran este lugar en 1482. Sucedió el 28 de Febrero 1482 que las tropas de Ponce de León, tomaron inadvertidamente, la villa de Alhama lo que constituyó sin duda un fuerte golpe para la monarquía musulmana de Granada. Tal romance describe el choque entre culturas y asuntos conocidos por el pueblo. Resultó desastroso y fatal para muchos cuando el rey moro y su pueblo se enteraron de la noticia de la pérdida de Alhama, unos pocos años antes de la caída de Granada. Hacia el siglo XV, los cristianos reconquistaron a España, primero con la ciudad Alhama y más tarde con Granada. Alhama es un lugar de la región de Granada, la cual aún se llama con el mismo nombre (Granada), es una gran ciudad andaluza y  fue último territorio  musulmán en la Península Ibérica.

 En ese entonces, los cristianos que se convirtieron al islam se les llamaban “tornadizos” y a los judaicos que se cristianizaron se les llamaban “conversos”. La historia más célebre de España musulmana es sobre el asesinato de la familia Abencerraje por el rey moro que temiendo su amenaza al trono, les mató. Este rey moro fue Abu I-Hasan Alí, el Muley Hacén, o Mulhacén, quien tenía fama de decadente y disoluto. Él era el padre de Boabdil, el último rey de Granada.  Aben Hasan, quien mató a toda la familia en su palacio, la Alhambra temiendo su amenaza al trono. Esta pieza literaria inicia cuando el rey de Alhama, recibió unas noticias de la Reconquista por un mensajero que le entregó unas cartas que decían que su ciudad había sido tomada por los cristianos. Luego, echa las cartas en el fuego porque no pretendía aceptarlo. Mata al mensajero por ira de la noticia sin saber qué hacer y se va a la Alhambra, su palacio. El siguiente verso muestra lo anteriormente expresado.

Cartas le fueron venidas que Alhama era ganada.

La carta echó en el fuego y al mensajero matara,

¡Ay de mi Alhama!”                                                 

El rey de Granada al recibir la noticia de que Alhama ha sido conquistada hizo un llamamiento a su gente para la guerra.  Mando a sonar las alarmas.  El moro viejo cuestionó el por qué o para qué el rey les llama y el rey le dice que han perdido el pueblo.  El maestro alfaquí señaló “bien se te empleara” (¡no está contento con el rey!). Después, el Rey habla con este alfaquí que al final, inculpó al rey de haber perdido Granada expresándole como hozaba llamarse rey cuando siempre tuvo acciones tan negativas. El mismo Atribuyó la pérdida del pueblo al rey, por haber matado y traicionado a los Abencerrajes y por tal razón él se merecía la pérdida de Alhama como castigo. Las sucesivas coplas abordan lo antes indicado.

“Allí fabló un alfaquí de barba crecida y cana:

Bien se te emplea, buen rey, buen rey, bien se te empleara.

¡Ay de mi Alhama!”

Mataste a los Abencerrajes, los que eran la flor de Granada,

cogiste los tornadizos de Córdoba la nombrada.

¡Ay de mi Alhama!”

Por eso mereces, rey, una pena muy doblada:

que te pierdas tú y el reino, y aquí se pierda Granada.

¡Ay de mi Alhama!”

 

 El poema más que nada aborda el suceso histórico: la pérdida de Alhama a la Reconquista. La Reconquista fue un acontecimiento real en que los reyes cristianos querían controlar las regiones musulmanes de la península ibérica. Granada fue capturada por orden de los reyes de España, Fernando e Isabel. El asesinato de los Abencerrajes por el Rey de Granada también es un acontecimiento histórico que figuradamente pasó en el siglo XV.

 

Ø    Romance del Conde Arnaldos (Anónimo)
 

“El Romance del Conde Arnaldos” no es un poema heroico o fronterizo y no tiene contenido histórico. Es un romance lírico y narrativo escrito factiblemente en el siglo XV. El relato es ficticio y fantástico. “Romance del Conde Arnaldos”, tiene un final inconcluso y no nos deja saber quién es el marinero, en que consiste su hechizo y de donde proviene. Este romance nos relata el choque entre un noble y un joven marinero quien canta una canción. El noble ha salido de caza y ve una galera fantástica, hecha de materiales preciosos. A bordo, un marinero canta una canción llena de magia, que produce efectos hechizantes en la Naturaleza. El caballero pide al marinero que le enseñe a cantarla, pero él mismo le contesta que para eso debe acompañarlo en su viaje. No conocemos al autor de este romance, ya que es un tipo de composición que los juglares vocalizaban por los pueblos y no se sabe con certeza si eran creados por ellos o no. Podemos decir que este romance de incertidumbre sobre la autoría se ubica hacia la Edad Media, concretamente la Baja Edad Media. En el siglo XV, el cual es un siglo prerrenacentista en el que se empieza a cambiar la mentalidad y, literariamente, es un siglo más rico y más consciente de la creación literaria. Este romance es un claro ejemplo de dicha época en la que se sitúa este poema, ya que lo primero que llama la atención es el uso de ciertos símbolos, propios de la lírica medieval. Así podemos apreciar que une elementos de la tradición lírica medieval (los símbolos) tales como, la mañana de san Juan, las aves del cielo y una garza y un gavilán, que simbolizan a los enamorados; el agua (“pasó la mar”, “va a dar agua a su caballo”), muy afín con símbolos de el amor y el deseo propios de la época. En el siguiente verso apreciamos lo anterior señalado.
 

“¡Quién hubiese tal ventura

sobre las aguas del mar

como hubo el conde Arnaldos

la mañana de san Juan!”

De esta manera, si bien los romances ya empezaban a recogerse por escrito en los Romanceros, se ven características de la oralidad propia de su origen y su época: recursos de repetición y el uso del diálogo. Temiendo en cuenta la época en que se estima fue escrito este romance, hacia finales de la época medieval y en tiempos de inquisición donde la iglesia jugaba un papel de suma importancia para la sociedad, es lógico pensar que el conde si siguiera al marinero, ya que durante el tiempo medieval los que debían ser respetados y tenían el mayor poder eran los reyes. También, todo el pueblo debía respetarles. Entonces, el marinero al desobedecer la orden del conde, de no querer decirle la canción, se arriesgó a que el conde lograra hacer algo contra él. El marinero no tenía ningún derecho de negarse a hacer lo que el conde le pedía ya que durante la época medieval no existían los derechos civiles que protegían a un individuo ciertas violencias contra su persona. Durante esta época Medieval el hombre noble está muy apegado a la tierra, y el más infame castigo para un noble del medievo es el destierro. La tierra, el honor, la vida tienen la misma importancia. Lo que el Marinero le propuso al Conde fue algo radicalmente opuesto a la vida del infante, y el seguirlo implicaba su vida misma, de ahí la relación Marinero/muerte. Si el noble era apegado a su tierra, y por lo tanto sedentario, el marinero por el contrario coexistía entre aventuras de un mundo desconocido y de constante movilidad. El mismo tiene una magia casi mística: con su canto, sabía como calmar la naturaleza.

La representación de la galera en este poema está cargada de suntuosidad que caracteriza a los romances medievales, es un recurso estético que sirve para esmaltar el sencillo lenguaje poético con colores y texturas donde predominan las imágenes visuales y táctiles. De alguna manera, estas imágenes cargadas de sensualidad anuncian asimismo al Renacimiento, dado que en el medioevo no era admisible la exaltación de colores y la luminosidad excesiva.

 

Ø  Romance del Conde Lucanor Autor: Don Juan Manuel (Infante de Castilla)

Fue escrito en la España medieval, es decir, en la edad media ente los Siglos XIII y XIV más específicamente de la alta Edad Media que se identificaba por un gobierno feudal, cuya sociedad era estamental y teocéntrica. La preocupación del conde Lucanor alude a una realidad concreta propia de la sociedad Medieval, la cual es el problema de la salvación del hombre y el aprender a actuar en la vida como a cualquier moralista medieval. En la época medieval, la buena como la mala fortuna no solo eran resultado del afán del hombre, sino que se especulaba que la voluntad de Dios jugaba un rol de suma importancia en la consecución de las acciones incurridas por el hombre; la Iglesia en la Edad Media asimismo era considerada muy importante; de ahí que el conde Lucanor, aunque vea manifiestamente que el asunto podía salir bien, ponía sus esperanzas en que la voluntad divina coincidiría con la voluntad humana.  Como podemos notar en el siguiente verso.
 

Y vos, señor conde Lucanor, debéis saber que el miedo es tal, y aunque Dios Nuestro Señor tiene por bien, que así sea, que ningún hombre tenga cumplidamente todas las cosas; que en todo lo demás Dios os hace merced y estáis con bien y con hora, si alguna vez os faltasen dineros y estuvieseis en algún apuro, no desmayéis por ello, y tened por cierto que otros más honrados y más ricos que vos están asimismo angustiados, y se darían por satisfechos si pudiesen dar a sus gentes, y les diesen, aún mucho menos de cuanto vos dais a los vuestros”.

Este romance, es considerado la obra cúspide de la narrativa en prosa de la literatura española, del siglo XIV y está formada por 51 relatos escritos por Don Juan Manuel, un ilustre caballero del siglo XIV. Los relatos no son originales, sino que fueron recogidos por Don Juan Manuel de diferentes orígenes (orientales, árabes...) convirtiéndolas posteriormente y traduciéndolas a la lengua romance, que para aquel tiempo se hallaba en pleno proceso de formación tras los primeros pasos dados por su tío Alfonso X, el cual había impulsado a finales la Escuela de Traductores de Toledo donde, musulmanes, judíos y cristianos ayudaban a traducir obras del árabe o hebreo al castellano convirtiendo así la prosa castellana en lengua de cultura.

El primer autor que utilizó la prosa castellana para escribir relatos, hasta ese entonces únicamente se empleaba el verso, fue Don Juan Manuel fue proveyendo así al castellano de carácter literario. Esta obra, tiene una intención moral de advertir de las fallas morales como ya lo hacían otras obras y que se relaciona con el contexto en que se escribe además, es una guía de enseñanzas prácticas para ilustrar a los nobles de la época a cómo preservar la fama, la honra y el patrimonio. Don Juan Manuel vivió en una época representada por el desequilibrio político, por la crisis espiritual y monetaria y por la regresión demográfica. 
 
En ese período, cuando un escritor épico era un ser de muy poca notoriedad social, se veía obligado a marcar las distancias que lo separaban no solo de clérigos, sino también de los juglares. En el siglo XIV, Don Juan Manuel era un noble, inclinado a las letras, considerablemente fiel.
 El Conde Lucanor lo escribió como una serie de cuentos didácticos en la época medieval, aunque sirvieron también como una forma de distracción y diversión para las aristócratas, provenían de historias orales, el propósito de los cuales era la de enseñar algo a la audiencia a través de las moralejas.

Cinco poemas que son indudablemente representativos del Romanticismo.   v   José María Heredia, “En una tempestad.”   El Ro...